martes, 17 de mayo de 2011

¿Que es la Constancia?


La constancia no está en empezar si no en perseverar”.
Leonardo Da Vinci
La constancia no es un valor que a primera vista parezca demasiado importante, pero sin ella es imposible la obtención de resultados en cualquier campo de la vida.

La constancia es necesaria para culminar cualquier proyecto humano, Se requiere la dura prueba de la perseverancia en el bien, estar dispuesto a volver a comenzar una y otra vez, un día y otro día, sin desalentarse por los fracasos, por las derrotas parciales, por los problemas que normalmente aparecerán a lo largo del camino.

La constancia significa algo mucho más profundo que una simple certificación y se trata de la virtud o valor que observan algunos seres humanos y que les permitirá actuar con firmeza y perseverancia en las decisiones, acciones o propósitos que se tengan.
La constancia es lo que no nos deja caer cuando parece difícil es lo que nos ayuda a seguir adelante y alcanzar nuestras metas.




La Transparencia

Es una cualidad que podemos tener las personas, y que consiste en comunicar tus pensamientos, sentimientos y propuestas, sin ocultar nada, sin doble sentido, en forma simple y directa. Se puede decir que no se debe guardar nada, sino mostrarte tal cual eres, frente a los otros...

Reflexión sobre lo que es la Transparencia

A veces, suelo preguntarme porqué es tan difícil ser transparente… creemos que ser transparente simplemente es ser sincero, no engañar a los otros. Pero ser transparente es mucho más que eso. 

Es tener el valor de exponerse, de ser frágil, de gritar, de decir lo que sentimos... Ser transparente es desnudarse el alma, es dejar caer las máscaras, bajar las armas, destruir las inmensas y pesadas paredes que nosotros insistimos tanto en construir… ¡Ser transparente es permitir que florezca toda nuestra dulzura! 

Pero infelizmente, casi siempre, la mayoría de nosotros decide no tomar ese riesgo. Preferimos la dureza de la razón a la luminosidad que expondría toda la fragilidad humana. Preferimos el nudo en la garganta a las lágrimas que nacen de lo más profundo de nuestro ser... Preferimos perdernos en una búsqueda loca de respuestas inmediatas a simplemente rendirnos y admitir que no sabemos, que tenemos miedo.
No importa qué doloroso es tener que construir una máscara que nos distancie cada vez más, preferimos eso para mantener una imagen que nos de la sensación de protección... Así, vamos ahogándonos cada vez más en palabras falsas, en actitudes falsas, en sentimientos falsos... 

Con el pasar de los años, un vacío frío y oscuro nos hace percibir que ya no sabemos dar ni pedir lo más precioso que tenemos para compartir… dulzura, comprensión… Sufrimos, nos sentimos solos, inmensamente tristes y lloramos calladamente antes de dormir. Los latidos gritan dentro nuestro por no tener el valor de mostrarnos a quienes más amamos. 

Porque, equivocadamente, aprendimos que es mejor atacar, acusar, criticar y juzgar, que simplemente decir: “estamos hiriéndonos… paremos por favor !” Porque aprendimos que decir “eso es ser débil, es ser tonto,” es ser menos que el otro. Cuando, realmente, si actuáramos con el corazón, podríamos evitar tanto dolor, tanto dolor... 

Sugiero que nos permitamos explotar toda nuestra dulzura. Que consigamos no atraer el lamento, no contener la risa, no esconder tanto nuestro miedo y no querer parecer tan invencibles… Que consigamos no intentar controlar tanto, competir tanto…. Que consigamos vivir dulcemente… sentir… AMAR... 

Y que cada año sea todo corazón, mucho más sentimiento, inundado de un amor transparente, a pesar de todo el riesgo que eso significa.